Para todos los amantes del baile Salsa

Evolución del son #5

Machito es cien por cien cubano, nace en La Habana en 1906 y en 1937 llega a Nueva York, allí junto a su cuñado Mario Bauzá crean “The Afro-Cuban All Stars”.

 

Tito Rodríguez es de Puerto Rico, de padre dominicano y madre cubana, nace en 1923 y en 1939 llega a Nueva York, tras cantar en varias orquestas, en la década de los cincuenta funda Mambo Devils (los demonios del Mambo), desde entonces impondría el ritmo Mambo a Sus composiciones. 

 


Tito Puente nace en Nueva York, de origen puertorriqueño, con un año vuelve a Puerto Rico y con tres regresa a Nueva York, al Hispanish Harlem (el Barrio).
Tito Puente cursa estudios de batería, pero en “el Barrio” vivían muchos cubanos, uno de ellos, llamado Montesinos, enseña a Tito como usar el timbal y el baqueteo típico cubano. Entonces Tito Puente pasó la técnica de la batería al timbal. Tito solía tocar con cuatro timbales a la vez y tuvo el sobrenombre del “rey del timbal”.

 

 

 
Volviendo a Cuba, los años cincuenta comienzan con un reinado que aún hoy en día perdura: el de Maximiliano Bartolomé Moré, conocido mundialmente como BENY MORÉ, nacido en Santa Isabel de las Lajas (actual provincia de Cienfuegos), tenía el sobre nombre de “El Bárbaro del Ritmo”.
Dotado de una voz de tenor y un sentido innato para la música, dominó todos los géneros musicales cubanos, especialmente el Mambo, el Son Montuno y el Bolero-Son.
Se hizo famoso en la década de los cincuenta y formó su propia Big Band (banda grande o gran orquesta), y actuó en los mejores cabarets y salas de baile de Cuba.
Murió en Cuba el 19 de febrero de 1963.


En 1951 nace el Cha-Cha-Cha, creado por el Violinista y compositor Enrique Jorrín, este Cha-Cha-Cha tiene por título “La Engañadora”. Su peculiaridad consiste en otorgar protagonismo a la parte del Montuno de los Danzones, la parte última reservada al coro.
Enrique Jorrín cuenta que a finales de los cuarenta:”construí algunos danzones en los que los músicos de la orquesta hacíamos pequeños coros. Gustó al público y tomé esa vía, independizar del danzón las últimas partes que yo construía, o sea el tercer trío o montuno. Entonces surgen piezas como “La Engañadora” que tienen una introducción, una parte A, repetida, una sección B y la reexposición de A, finalizando con una coda en forma de rumba”.

 

Evolución del Son #6

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